LLAMAMIENTO AL LIDERAZGO GLOBAL

LLAMAMIENTO AL LIDERAZGO  GLOBAL EN LA REUNIÓN ABIERTA DE ESTADOS MIEMBROS SOBRE LAS RECOMENDACIONES DEL GRUPO CONSULTIVO DE EXPERTOS

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Existe una clara necesidad de emprender acciones decisivas. Los actuales sistemas de incentivos para investigación y desarrollo, no dan respuesta a las necesidades de los países en desarrollo, y dejan a millones de personas sin acceso asequible a los productos que necesitan para tratar las enfermedades que padecen. El flujo mundial de recursos de investigación para la salud a los países de renta baja y media, continúa siendo objeto de una coordinación deficiente con los programas nacionales de investigación y no logra apoyar ni desarrollar de forma constante sus sistemas nacionales de investigación e innovación, los cuales, en última instancia, servirían de plataforma a sus países para dejar atrás la dependencia de la ayuda humanitaria.

Nosotras, las organizaciones firmantes, formadas por miembros de la comunidad mundial de investigación en salud, que representa a organizaciones de la sociedad civil e instituciones de investigación, entre otros muchos que trabajamos en investigación e innovación, apelamos a los Estados miembros que asisten a la reunión abierta convocada por la 65o Asamblea Mundial de la Salud para que analicen el informe y la viabilidad de las recomendaciones del Grupo Consultivo de Expertos (GCE) a fin de demostrar un claro liderazgo global en sus deliberaciones.

Aplaudimos el riguroso y ejemplar trabajo del Grupo Consultivo de Expertos. El largo camino recorrido gracias a la dedicación de este grupo de personas nos ha conducido a la reunión de esta semana. Las constantes inequidades existentes en la financiación disponible para investigación en relación con las enfermedades que asolan a un enorme número de personas ponen de manifiesto la necesidad de crear mecanismos que encaucen una mayor financiación continua y predecible para investigación en salud y, ahora más que nunca, resulta acuciante la coordinación efectiva a este respecto.

Fundamentalmente, el informe del GCE representa una oportunidad perfecta para centrar la atención de la comunidad mundial en la solidez cada vez mayor en investigación e innovación del Sur emergente. Las naciones del sur son cada vez más capaces de dar respuesta a sus necesidades con soluciones desarrolladas a nivel local. Existen numerosos ejemplos de lo que es posible conseguir en el Sur del mundo cuando se dispone de financiación, se crea un apoyo y entorno de innovación correctos y se forman asociaciones justas: apoyos diagnósticos de bajo costo, nuevos usos de la tecnología móvil para vigilar falsificaciones y el bienvenido anuncio de Sudáfrica de este año de un posible fármaco antipalúdico de dosis única.[1],[2],[3]    Las decisiones de Rio+20 a principios de este año reconocían la importancia fundamental de los sistemas nacionales de investigación e innovación para garantizar un desarrollo sostenible.[4] Si nos planteamos seriamente el apoyo a los países para que avancen y superen su dependencia de la ayuda humanitaria, la comunidad mundial debe apoyar la capacidad de las naciones para investigar e innovar con el objetivo de abordar las necesidades de sus pueblos. El éxito no solo debe medirse en cuanto a vidas salvadas actualmente, sino en cuanto al desarrollo capacidades sostenibles a largo plazo.

El informe del GCE enfatiza en la importancia de apoyar los programas de investigación dirigidos por los países y fortalecer los sistemas nacionales de investigación e innovación. Los hechos ponen de manifiesto que, cuando la financiación externa de investigación en salud no se adecúa a los programas nacionales de investigación, la capacidad se ve fragmentada y los valiosos recursos no se destinan a la investigación más necesaria. Muchos países se esfuerzan por buscar financiación para poner en marcha sistemas sólidos de investigación e innovación, ya que, sin su existencia, se crea un entorno donde los recursos externos no pueden coordinarse con las prioridades en investigación.[5] 

Nosotros apoyamos:

  • La propuesta de crear un convenio mundial para financiación en investigación y desarrollo, especialmente en la medida en que tiene potencial para apoyar las capacidades de investigación e innovación de los países en desarrollo, así como el fomento de los programas de investigación dirigidos por los países.
  • La propuesta de mejora en la coordinación de los recursos y la financiación de desarrollo, especialmente en la medida en que estas actividades, cuando se realizan a nivel nacional, otorgan mayor poder a los países para adecuar la financiación disponible a los programas nacionales de investigación.

 

En este sentido, apoyamos en primer lugar la recomendación del Grupo Consultivo de Expertos de crear un convenio mundial para financiación en investigación y desarrollo. Este convenio estimularía adecuadamente el sentido de la responsabilidad de todas las naciones para fomentar la creación de tecnologías sanitarias requeridas para enfermedades tipo II y tipo III, y las necesidades específicas de los países en desarrollo en relación con las enfermedades de tipo I.

El convenio propuesto también tiene gran importancia porque puede consolidar el camino hacia el desarrollo de los países de renta baja. El informe del GCE recomienda que uno de los objetivos del proceso de negociación para la creación de dicho convenio consista en mejorar la capacidad de innovación de los países en desarrollo. Para lograrlo, el convenio puede proporcionar apoyo a través de las siguientes actuaciones:

  • Desarrollo de capacidades y transferencia de tecnología a los países en desarrollo
  • Fomento de asociaciones y colaboraciones basadas en programas conjuntos y el establecimiento de prioridades en relación con las necesidades sanitarias de los países en desarrollo y planes nacionales para llevar a cabo investigación esencial en salud
  • El desarrollo y la retención de recursos humanos, así como de conocimientos especializados
  • Desarrollo institucional y de infraestructuras
  • Colaboración sostenible a mediano-largo plazo[6]

Asimismo, apoyamos las recomendaciones del GCE de lograr una coordinación mundial más efectiva de la financiación destinada a investigación y desarrollo. Reconocemos que los recursos de investigación y desarrollo son valiosísimos y que un centro de coordinación podría desempeñar un importante papel en la recopilación de información sobre la carga mundial de enfermedades y el panorama de inversión, el intercambio de conocimientos y experiencias y la influencia para la adecuada asignación de recursos.

Sin embargo, para nosotros resulta obvio que la coordinación debe ser entendida como la coordinación con las necesidades identificadas por los mismos países receptores, mediante la adecuación de los recursos de investigación en salud con las correspondientes agendas nacionales de investigación. Consideramos que, para que sea más efectiva, la cartografía de recursos de salud global no debe ser simplemente un planteamiento mundial en sentido descendente. También debe ser de “abajo hacia arriba”. Los países deben contar con apoyo para realizar el mapeo de los flujos de recursos dentro de sus propias jurisdicciones. Uno de los valores centrales de la cartografía de recursos consiste en el poder político que proporciona a los países para evaluar si los flujos de recursos dentro de sus fronteras concuerdan con las prioridades que ellos mismos han identificado y, de esta manera, poder adoptar las medidas necesarias para garantizar la mejor adecuación.

Reiteramos:

Instamos a los Estados miembros a implicarse de forma seria y enérgica en el apoyo a las recomendaciones dadas en el informe del Grupo Consultivo de Expertos. Si este proceso llega a buen puerto, puede significar el aseguramiento de financiación predecible para investigación en salud procedente de todos los gobiernos -una financiación protegida y desligada de las prioridades de los donantes- que puede consolidar los sistemas nacionales de investigación e innovación. Asimismo, abogamos por apoyar mejores actividades de coordinación de recursos, especialmente aquellas que otorgan mayor poder a los países donde tiene lugar la investigación y hacen tanta falta los frutos que se consigan.

 

A suscribirse a este llamamiento a los Estados miembros asistentes a la reunión abierta para que analicen las recomendaciones del informe del Grupo Consultivo de Expertos,

 

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